martes, 23 de junio de 2009

El Bato, Goebbels y los consultores

Periodista no es el que escribe bien, pero debe escribir bien. Y el periodista que escribe bien es mejor periodista. Pero eso no quiere decir que todo el que escribe bien sea buen periodista (o periodista, a secas). Ni siquiera es buen periodista el que está en la trinchera. Ni la valentía ni el miedo son señales de buen periodismo como tampoco ser buenos compañeros y mejores colegas. Bueno es el periodista que se involucra con la realidad y se empeña en mejorarla. Lo demás es un invento.

He dejado pasar el tiempo para opinar sobre el post más comentado de esta casa. Sobre el Bato, a quien no conozco más que de ver su cara dolorida en la TVE cuando todos éramos más jóvenes. Allí iba montado en una lancha rápida de la Guardia Civil por el Estrecho en busca de africanos. No se le oía por el ruido de los motores y el agua salpicaba el lente de la camára. Y yo pensaba -no conocía su nombre- que era Míster Figuretti: cada vez que aparecía en la tele, el protagonista era él. Los mauritanos o los croatas estaban siempre en segundo plano.

Aclaro que me han gustado mucho casi todas las aventuras del capitán Alatriste y que disfruté con Cabo Trafalgar, que terminé de leer allí mismo, en el faro del Cabo. Ahí brindé con fino del mejor por todos los muertos en la batalla y por Horacio Nelson. Y también confieso que la taberna que encontré en Madrid ha bajado en varios puntos mi gusto por la literatura malhablada del Gran Bato (supongo que lo mismo me ocurriría con el Gran Gabo si me encontrara en Aracataca una picantería de Aureliano Buendía con el copyright de GGM).

La historia de Figuretti me viene justo para despachar algo que tengo hace un tiempo en la punta de la lengua y que espera el momento oportuno para decirlo con calma.

No es buen periodista quien solo escribe bien. Y no es buen maestro el profesor de retórica de Goebbels, aunque enseñe a hablar como Demóstenes.

Tampoco es buen consultor el que da consejos magníficos... a los tiranos. El que enseña periodismo (que no lo es) a los que usan sus medios para dominar a los indefensos, para engañar a los pobres, para corromper a los inocentes y para conseguir votos de los incautos.

Conozco algunos que no aceptan jamás estos trabajos como no aceptarían escribir a favor o en contra de lo que les diga el jefe. Otros conozco que lo hacen sin más problema que cobrarle a jeques, déspotas y concubinos del poder... que no siempre es tan fácil, por cierto.

2 comentarios:

Jolu dijo...

Más que un comentario éste es un pedido. A la luz del bato, los consultores y sus consecuencias lógicas, ¿puede GP escribir sobre la postura editorial de Clarín? ¿Ese diario es anti-k por sana convicción o por "direccionada" obligación?

Gonzalo Peltzer dijo...

Gracias Jolu. Prometo hacerlo, cuanto antes. Y adelanto que está todo en PP, entre otras cosas cómo pasó Clarín del caceroleo al cacerolazo en épocas de revuelta rural, hace ya quince meses.